La Audiencia de Sevilla ha dictado una sentencia condenando a un individuo a dos años y medio de prisión por abusos sexuales, exhibicionismo e inducción de menores al abandono del hogar. El acusado fue declarado culpable de abusar sexualmente de la hija de su expareja, mostrarle imágenes de sus órganos genitales y persuadirla para que dejara su hogar en Barcelona y regresara a Sevilla con él.
La relación entre el acusado, apodado el «Canicas», y la madre de la víctima comenzó en 2009, cuando la niña tenía aproximadamente siete años. A pesar de que la relación amorosa terminó después de dos años, mantuvieron la amistad, ya que las familias se conocían. El acusado también tenía un hijo de la misma edad que la niña, con quien se visitaban frecuentemente en los respectivos domicilios.
Durante el período de enero de 2015, el acusado llevó a cabo actos de abuso sexual de forma casi diaria con la menor, incluyendo tocamientos y besos en distintas partes del cuerpo. Aprovechaba la cercanía que mantenía con la madre de la víctima para cometer estos actos en la casa de la niña y en su propia vivienda.
En enero de 2015, la expareja del acusado y su hija se mudaron a Barcelona, donde la menor alcanzó los 16 años de edad. En ese momento, el acusado retomó la comunicación con la chica, enviándole imágenes de sus genitales a través de redes sociales y solicitándole imágenes desnuda a cambio.
El acusado instó a la menor a trasladarse a Sevilla para reunirse con él, lo que finalmente sucedió en marzo de 2019. La adolescente, después de sustraer dinero a su madre, tomó un vuelo desde Barcelona a Sevilla, donde el acusado la esperaba. Tras la denuncia de la madre y la intervención de las autoridades, la menor fue entregada voluntariamente por el acusado a la policía.
La sentencia impone al acusado una condena de dos años y medio de prisión por abusos sexuales y exhibicionismo, una multa por inducción de menores al abandono del hogar, así como medidas de alejamiento y una indemnización de 12.000 euros hacia la víctima.