La Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla ha dado luz verde al proceso para autorizar la gestión del servicio de 1.400 bicicletas eléctricas en la ciudad durante un periodo inicial de dos años, con la posibilidad de una prórroga adicional de un año. Las empresas seleccionadas para llevar a cabo este proyecto piloto, en régimen de publicidad y concurrencia, fueron LIME y RIDE MOVI, las cuales desplegaron cada una 1.000 bicicletas en la ciudad.
Las bases administrativas y técnicas que regirán la contratación de este servicio de explotación de bicicletas con pedaleo asistido han sido aprobadas por la Gerencia de Urbanismo. Estas bases, consultadas por Europa Press, plantean que las 1.400 bicicletas eléctricas se distribuyan entre las dos empresas seleccionadas después del concurso, con un modelo flexible que permitirá ajustar el número de bicicletas a lo largo del periodo de vigencia de la autorización.
El Ayuntamiento tiene previsto establecer 317 áreas de estacionamiento obligatorio y exigir a las empresas contar con una flota inactiva para posibles sustituciones, reparaciones u otras incidencias. Las compañías también deberán desactivar las alarmas audibles durante ciertas horas, realizar una distribución equilibrada de las bicicletas en las áreas de estacionamiento y implementar tecnología de geolocalización con un alto grado de fiabilidad.
Los informes derivados del proyecto piloto lanzado en 2020 destacan un uso continuado del servicio de bicicletas eléctricas, donde la calidad del servicio ha sido prioritaria sobre las tarifas reducidas. Los usuarios han valorado positivamente la disponibilidad de vehículos y la accesibilidad en los desplazamientos. El tiempo medio de trayecto se sitúa en torno a los quince minutos, con una distancia media de 2,3 kilómetros.
Durante los 18 meses del piloto, la empresa LIME registró 314.056 viajes realizados por 190.890 usuarios, lo que ha supuesto un total de 439.134 kilómetros recorridos. Se estima que se han evitado unos 31.843 viajes en coche y se han dejado de emitir a la atmósfera unas 132,5 toneladas de CO2.