El Servicio de Neurología del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla lidera un proyecto multicéntrico para crear una herramienta innovadora que permita diagnosticar rápidamente los casos de ictus isquémico en pacientes antes de su llegada al hospital. Esta herramienta combina un test rápido ‘point-of-care’ para medir biomarcadores en sangre con una aplicación móvil que analiza estos datos junto con la información clínica del paciente para identificar los ictus isquémicos.
El objetivo es agilizar el diagnóstico durante el traslado en ambulancia al centro hospitalario y reducir los tiempos en la aplicación de las terapias correspondientes, lo que mejoraría el pronóstico de los pacientes. El estudio, conocido como ‘Bioship-training’, involucra a 16 hospitales de seis comunidades autónomas y cuenta con la participación de más de 400 profesionales sanitarios, así como de 382 pacientes que han sufrido un ictus en los últimos meses.
En cuanto a las diferencias entre el ictus isquémico y hemorrágico, el primero se produce por la obstrucción de una arteria cerebral, mientras que el segundo es resultado de la rotura de un vaso sanguíneo. La terapia de reperfusión es crucial en el caso del ictus isquémico, ya que busca restaurar el flujo sanguíneo lo antes posible para salvar las células cerebrales. Por otro lado, el tratamiento del ictus hemorrágico se centra en tratar las anomalías de los vasos sanguíneos cerebrales.
En el Hospital Virgen Macarena, la Unidad de Ictus atiende a más de 600 pacientes al año, y más del 25% recibe tratamientos de reperfusión. A pesar de ser la tercera causa de muerte en países desarrollados, la mortalidad y discapacidad por ictus han disminuido gracias a la detección temprana, el control de factores de riesgo y las terapias de reperfusión. Además, el 90% de los ictus se pueden prevenir con una adecuada gestión de los factores de riesgo vascular.
Por otro lado, el Centro Andaluz de Teleictus (CATI) ofrece cobertura a más de 30 hospitales en Andalucía sin neurólogo, permitiendo que el 99.9% de la población andaluza reciba una evaluación por un neurólogo vascular en menos de una hora en caso de sospecha de ictus. Esta red ha aumentado significativamente los tratamientos de reperfusión en los hospitales y ha proporcionado equidad en la atención al ictus agudo en toda la región.