El Hospital de Valme de Sevilla ha implementado un programa innovador para mejorar la calidad de vida de los jóvenes con diabetes tipo 1. Este programa combina la educación diabetológica y el manejo psicológico de la enfermedad, con el objetivo de promover la autogestión de la patología y el bienestar emocional en este grupo de la población.
Según el centro hospitalario, la adolescencia con una enfermedad crónica genera inquietud tanto en los pacientes como en sus familiares, debido a la mayor autonomía y capacidad de autocontrol de la salud por parte de los jóvenes. Por ello, el Hospital de Valme se ha enfocado en brindar una atención integral a esta enfermedad dentro de este grupo específico.
Los responsables de este programa, la endocrina Carmen Carretero y el psiquiatra Agustín Sánchez, han estado llevando a cabo talleres con adolescentes para mejorar la educación diabetológica y el manejo psicológico de la enfermedad. Según Carretero, la educación terapéutica es fundamental en el proceso continuo de asistencia a pacientes con diabetes.
Por su parte, el psiquiatra Agustín Sánchez, quien también es paciente con diabetes desde la infancia, reconoce la importancia del manejo psicológico en la mejora del control somático de la enfermedad y, en última instancia, en la calidad de vida de los pacientes.
El programa se dirige a dos grupos de pacientes diagnosticados con diabetes tipo 1, uno de adolescentes de 14 a 17 años y otro de adultos jóvenes de 18 a 25 años. Las sesiones se llevan a cabo mensualmente y se centran en temas diversos, como el momento del debut, los cambios en la vida diaria, la relación con la comida, la sexualidad, el abordaje del estrés y las dificultades potenciales, entre otros.
Los participantes han expresado su satisfacción con el programa, destacando el apoyo emocional y la adquisición de conocimientos y experiencias para gestionar la diabetes de manera más efectiva. En palabras de una de las participantes, Marta, «estos grupos son un refugio en el que desahogarte y no sentirte sola en un ambiente hospitalario, pero mucho más cercano, empático y desenfadado».