La Universidad de Sevilla ha sido escenario de un importante avance científico, ya que un grupo de investigadores ha desarrollado un novedoso método para analizar muestras pequeñas utilizando imágenes hiperespectrales. Esta técnica innovadora es capaz de medir colores que son imperceptibles para el ojo humano, lo que la convierte en una herramienta más rápida y eficiente que otros sistemas utilizados en el control agroalimentario. Además, este método no solo se limita al ámbito alimentario, sino que también puede ser aplicado en la Medicina, la industria farmacéutica y en la restauración de obras de arte, entre otros sectores.
El proyecto ha sido financiado a través del programa de excelencia ‘Obtención de agentes afinantes para uso enológico a partir de orujos de uva seleccionados por métodos espectroscópicos’ de la Consejería de Universidades, Investigación e Innovación, según ha informado la Junta.
La clave de este innovador método radica en el uso de imágenes hiperespectrales, las cuales permiten capturar información en una amplia gama de colores, incluso aquellos que son invisibles para el ojo humano. Esta tecnología se utiliza en diversos campos, desde la monitorización de cultivos hasta la detección de objetos ocultos en ciencias forenses o arqueología.
Una de las ventajas más destacadas de este sistema es que permite obtener información detallada a través de cientos de canales, a diferencia de una cámara convencional que solo registra los colores básicos como el rojo, verde y azul. Esto facilita la extracción de datos relacionados con las propiedades físicas y químicas de las muestras analizadas.
Los investigadores han logrado optimizar este método para el análisis de muestras pequeñas mediante la creación de una cápsula especial que permite obtener la información necesaria con cantidades reducidas de materia. Gracias a esta innovación, se ha publicado un estudio en la revista ‘LWT-Food Science and Technology’ que detalla los resultados obtenidos.
Esta técnica hiperespectral ha demostrado ser más eficiente que los espectroscopios convencionales, ya que requiere una menor cantidad de muestra para realizar las mediciones necesarias. Además, el diseño de un tubo de ensayo específico ha permitido garantizar la profundidad adecuada para evitar la filtración de luz, lo que facilita el análisis con una cantidad mínima de materia.
En resumen, este nuevo método de análisis hiperespectral ha abierto las puertas a nuevas posibilidades en diversos campos, desde la detección de compuestos en alimentos hasta la aplicación en áreas como el análisis forense o de salud. Gracias a esta innovación, se ha demostrado que es posible obtener resultados precisos y extrapolables a la determinación de la composición de diferentes productos o compuestos, con muestras que van desde 0,1 a 1 gramo, ampliando así el alcance de esta tecnología a otras áreas de investigación.