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Sevilla, 19 de junio (EUROPA PRESS) – El equipo de investigadores del Laboratorio de Neurociencia Celular de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), liderado por el profesor de Fisiología Antonio Rodríguez-Moreno, ha descubierto dos nuevas formas de plasticidad sináptica y los mecanismos asociados a las mismas.
El estudio revela que la actividad de los astrocitos, células esenciales para el sistema nervioso central, es crucial para estas formas de plasticidad cerebral encontradas en las sinapsis entre la corteza entorrinal y el hipocampo. Estos hallazgos han sido publicados en la revista eLife, según informó la UPO.
La capacidad del cerebro de cambiar en respuesta a la experiencia, conocida como plasticidad, desempeña un papel fundamental en el desarrollo de conexiones sinápticas y en los procesos de aprendizaje y memoria. Investigar las diversas formas de plasticidad cerebral y sus mecanismos puede ser clave para el tratamiento de trastornos neurológicos y para mejorar la comprensión del aprendizaje y la memoria.
Además de las conocidas depresión de larga duración (LTD) y potenciación de larga duración (LTP), se ha identificado la ‘spike timing-dependent plasticity’ como un mecanismo sináptico natural en el cerebro durante el desarrollo y los procesos cognitivos.
Los investigadores han descubierto dos formas diferentes de ‘spike timing-dependent’ LTD en las sinapsis entre la corteza entorrinal y el hipocampo, caracterizando los mecanismos celulares y moleculares involucrados. Estos hallazgos podrían tener implicaciones en la comprensión de procesos como la epilepsia y la enfermedad de Alzheimer.
El estudio de los mecanismos de la plasticidad cerebral y las formas de LTD existentes es crucial para comprender las respuestas del cerebro a las experiencias y lesiones, lo que podría tener aplicaciones en la recuperación de lesiones del sistema nervioso y el tratamiento de diversas enfermedades, como la enfermedad de Alzheimer.
En resumen, el trabajo realizado por el equipo de la UPO liderado por Antonio Rodríguez-Moreno aporta nuevos conocimientos sobre la plasticidad sináptica y sus implicaciones en la salud del sistema nervioso central, abriendo puertas a posibles avances terapéuticos en el futuro.