La enfermera pediátrica Delia Maesa, de Vithas Sevilla, ha resaltado la importancia de la exposición temprana a agentes infecciosos cuando los bebés comienzan a asistir a la guardería. Aunque la socialización es un beneficio clave, la salud también se ve afectada, lo que puede llevar a los padres a preocuparse por los posibles contagios.
Según el equipo de enfermería pediátrica del hospital, es fundamental que los padres estén atentos a los síntomas de sus hijos, como fiebre, irritabilidad excesiva, vómitos o dificultad respiratoria, ya que son señales de que el niño no debe ir a la guardería.
Es común que los bebés experimenten episodios de infecciones gastrointestinales y respiratorias al comenzar la guardería, lo cual puede resultar preocupante para los padres. Ante síntomas más graves, como fiebre persistente, dificultad respiratoria o falta de apetito, es recomendable acudir al pediatra o a urgencias para evitar complicaciones.
A pesar de las posibles enfermedades durante esta etapa, la enfermera Maesa enfatiza que el sistema inmunológico de los bebés se fortalece con estas experiencias, preparándolos para enfrentar virus y bacterias en el futuro. Para prevenir infecciones, se aconseja un adecuado lavado de manos al regresar a casa y cambiar la ropa de calle al entrar en casa, especialmente teniendo en cuenta que los bebés y niños pequeños suelen jugar en el suelo.