El Centro de Rehabilitación de Daño Cerebral Crecer, ubicado en Sevilla y con más de 26 años de experiencia en la rehabilitación de pacientes con daño cerebral, ha destacado la importancia de tomar medidas para combatir las enfermedades cardiovasculares y de actuar con prontitud ante los primeros indicios de alarma.
En el marco del Día Mundial del Ictus, que se celebra el próximo domingo 29 de octubre, los expertos hacen hincapié en la relevancia de la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado de esta patología, que afecta a 200 casos por cada 100.000 habitantes al año, según ha señalado el centro en un comunicado.
Esto significa que más de 18.000 personas en Andalucía sufren un ictus, y se estima que la mitad de ellos quedan con secuelas o fallecen. El ictus es una enfermedad cerebrovascular que puede aparecer de forma repentina. La atención temprana es crucial para restablecer el flujo sanguíneo cerebral y prevenir secuelas. Cada minuto cuenta y es fundamental reconocer los factores que influyen de manera significativa en esta enfermedad.
El Día Mundial del Ictus 2023 brinda la oportunidad de recordar los síntomas que pueden indicar un posible ictus, como la pérdida repentina de fuerza y debilidad en la cara, brazo o pierna; dificultad para caminar, acompañada de mareos y vértigo; confusión, con dificultades para hablar o entender el lenguaje; pérdida súbita de visión total o parcial; y un intenso y repentino dolor de cabeza.
En caso de experimentar uno o varios de estos síntomas o de presenciarlos en alguien cercano, se recomienda buscar atención médica de inmediato, incluso si los síntomas desaparecen. Llamar al 112 es preferible a acudir al hospital, ya que garantiza una respuesta rápida y un traslado al lugar adecuado con un equipo médico preparado.
Hasta un 80% de los casos de ictus podrían prevenirse. El centro Crecer recuerda que cada vez hay más estudios que demuestran que controlar adecuadamente los factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión arterial, la diabetes, la hipercolesterolemia, la obesidad, la inactividad física, el tabaquismo y el consumo de alcohol, así como las enfermedades cardíacas preexistentes, podría evitar muchos de estos accidentes cerebrovasculares.
La prevención se ve favorecida por un estilo de vida saludable que incluye una alimentación equilibrada, ejercicio regular, una vida social activa y una actividad intelectual constante. Después de superar la fase hospitalaria, es esencial iniciar la rehabilitación lo antes posible para lograr la mayor recuperación neurológica.
Enfoques multidisciplinarios, como los ofrecidos por el Centro de Rehabilitación de Daño Cerebral Crecer, abarcan áreas como la neurologopedia, la rehabilitación física y la neuropsicología, para abordar diversos aspectos de la recuperación, como los problemas de habla, lenguaje y deglución, alteraciones en el movimiento y la sensibilidad, problemas de equilibrio, déficits cognitivos como la pérdida de memoria o dificultades de atención, problemas de conducta como irritabilidad y agresividad, desinhibición y afectaciones emocionales como la ansiedad o la depresión, entre otros.
Acudir a rehabilitación tan pronto como el paciente sea capaz de hacerlo es vital para lograr una mayor recuperación neurológica, algo que resulta fundamental para que el paciente pueda disfrutar de una mejor calidad de vida y alcanzar la máxima independencia posible, destaca el centro.