La Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica de la Consejería de Salud y Consumo en Sevilla ha confirmado la presencia de un caso de fiebre hemorrágica Crimea-Congo (FHCC) en un hombre de 46 años residente en la ciudad. Los análisis realizados por el Centro Nacional de Microbiología han dado positivo, y el paciente se encuentra estable y en observación en la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel del Hospital Universitario Virgen del Rocío.
Las autoridades sanitarias iniciaron las investigaciones necesarias para identificar posibles contactos del paciente desde el pasado jueves, así como para estudiar el vector transmisor de la enfermedad. La FHCC es causada por un virus que se transmite a través de la picadura de garrapatas infectadas del género Hyalomma o por contacto con la sangre y tejidos de animales infectados, siendo poco común la transmisión de persona a persona.
Andalucía cuenta con un protocolo de vigilancia de esta enfermedad desde 2016, que establece las medidas de salud pública a seguir en casos confirmados o probables. Además, en abril de este año se aprobó el Plan Estratégico Andaluz para la Vigilancia y Control de Vectores Artrópodos con Incidencia en Salud (PEVA), con el objetivo de unificar medidas para la prevención de enfermedades transmitidas por vectores como las garrapatas.
Los síntomas de la FHCC incluyen fiebre repentina, dolor de cabeza, dolores musculares, mareos, y pueden presentarse otros como diarrea, náuseas, vómitos, enrojecimiento de la piel y congestión ocular. La duración del periodo de incubación varía según la vía de contagio, siendo de uno a tres días después de la picadura de garrapata y de cinco a seis días tras el contacto con sangre infectada.
Ante esta situación, las autoridades sanitarias han hecho un llamamiento a la calma y han recordado la importancia de protegerse contra las garrapatas. Se recomienda usar ropa que cubra la mayor parte del cuerpo al salir al campo, evitar zonas con vegetación densa, y revisar el cuerpo cuidadosamente después de estar al aire libre para detectar la presencia de garrapatas.
En caso de picadura, se deben seguir las recomendaciones de extracción segura de la garrapata, evitando el uso de líquidos o aceites y extrayéndola con una pinza de borde romo. Después de la extracción, es importante lavar la zona y desechar la garrapata de manera segura. Nunca se debe aplastarla con los dedos para evitar la propagación de posibles patógenos que pueda contener.