El pasado mes de octubre, seis internos del Centro Penitenciario de Sevilla II, en Morón de la Frontera, junto con cuatro funcionarios, un voluntario de La Caixa y el capellán de la prisión, regresaron a Sevilla después de completar el Camino de Santiago. Esta iniciativa, impulsada por la Pastoral Penitenciaria de Sevilla, tuvo como objetivo brindar una oportunidad de redención a los participantes.

Según el capellán del centro penitenciario, el sacerdote Roy Madavana, el camino fue un desafío en el que experimentaron emociones que resultan difíciles de describir. La experiencia fue enriquecedora y llena de compañerismo, dejando una huella imborrable en todos los participantes.

La Pastoral Penitenciaria, que se dedica a apoyar la reinserción de los privados de libertad, considera el Camino de Santiago como una herramienta terapéutica para aquellos internos que están en proceso de rehabilitación. Estas actividades forman parte de las acciones diarias de la Pastoral, que se centra en la prevención, la atención en la cárcel y la reinserción social.

Además, la delegación diocesana organiza charlas en centros educativos impartidas por internos rehabilitados, con el fin de concienciar a los jóvenes sobre las consecuencias de ciertas decisiones. También se llevan a cabo diversas actividades en el centro penitenciario, como catequesis, talleres de oración, representaciones de teatro y apoyo económico a través de Cáritas Penitenciaria.

En esta ocasión, los seis reclusos se unieron a más de un centenar de internos de trece cárceles españolas en el Camino de Santiago, junto con funcionarios, capellanes y voluntarios. Todos los peregrinos se reunieron en el Monte de Gozo y juntos llegaron a la Catedral de Santiago, donde asistieron a una misa presidida por monseñor Francisco José Prieto, arzobispo de Santiago, y recibieron la Compostela al finalizar la celebración.

En definitiva, esta experiencia en el Camino de Santiago no solo ha sido un viaje físico, sino también espiritual y emocional, que ha dejado una profunda huella en todos los participantes, tanto internos como personal penitenciario y voluntarios.

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